Por ECNoiticias
Acogiendo las recomendaciones del Coe Nacional, el presidente Lenín Moreno Garcés expidió el Decreto Ejecutivo1291 con el que, desde este 23 de abril del 2021 entra en vigencia el cuarto estado de excepción, desde que empezó la emergencia sanitaria por Covid 19 (en marzo del 2020).
El documento establece que, por 28 días, hasta el 20 de mayo próximo regirá el toque de queda, de lunes a jueves, entre las 20:00 y 05:00; mientras que los fines de semana habrá restricción absoluta de la movilidad entre las 20:00 horas del viernes y las 05:00 del día lunes, inclusive. Esta medida afecta a 16 de las 24 provincias existentes en el territorio nacional: Azuay, Imbabura, Loja, Manabí, Santo Domingo de los Tsáchilas, Guayas, Pichincha, Los Ríos, Esmeraldas, Santa Elena, Tungurahua, Carchi, Cotopaxi, Zamora Chinchipe, El Oro y Sucumbíos.
La medida establece, además, libre movilidad, sin restricción de número de placas de vehículos particulares entre las 05:00 y las 20:00, de lunes a jueves.
Suspensión del derecho a la inviolabilidad del domicilio, libertad de tránsito y asociación
El Decreto 1291 también dispone la suspensión del ejercicio de los derechos de libertad de tránsito, libertad de asociación, reunión, y por primera vez en lo que va de la emergencia se suspende la inviolabilidad de domicilio. Todas estas restricciones y controles se ejercerán mediante distintos mecanismos que el Coe Nacional aplicará durante la vigencia del estado de excepción.
De acuerdo con las autoridades que integran el Coe Nacional todos los cantones de las 16 provincias en las que se aplican el Decreto, deberán acatar estas disposiciones sin distinción, incluido el distrito Metropolitano de Quito; frente a lo cual, desde el Cabildo Quiteño se dio a conocer que, hasta el 20 de mayo el sistema de restricción Hoy No Circula, queda suspendido.
Juan Zapata, presidente del Coe Nacional dio a conocer que estas decisiones se tomaron en función de la complicada situación que el país afronta ante al incremento de casos de Covid 19 en las últimas semanas, dada la ocupación de camas hospitalarias, que es ya del 99% en todo el país y con el objetivo de controlar las incivilidades que se han evidenciado en la población, cuando las aglomeraciones y fiestas clandestinas sobrepasan los mil eventos.
Posturas contrapuestas ante el confinamiento
Y aunque las consecuencias de la propagación del virus y sus nuevas cepas en el país son evidentes en la población, alcanzando hasta el 22 de abril un total de 365.393 casos confirmados, 17.965 fallecidos, 179.292 vacunados, según datos del Ministerio de Salud; no todos los sectores ven con buenos ojos la aplicación del confinamiento.
A criterio del nuevo presidente de la Cámara de Comercio de Quito, Carlos Loaiza, las autoridades deberían concentrarse en que los médicos de primera línea de atención de la emergencia tengan los insumos necesarios para su trabajo y sean vacunados con urgencia. “Un confinamiento no es suficiente para contener la pandemia, cuando 500 mil personas se encuentran en desempleo y subempleo y generan informalidad en el trabajo, pero también desorden ante la emergencia. La reducción de horarios de atención en los servicios genera aglomeraciones; así como las aglomeraciones en el transporte público son fuente de contagios”, advirtió el directivo, quien también consideró indispensable que las autoridades locales y nacionales endurezcan las sanciones para las personas que incumplen con las medidas de bioseguridad, anomalías que se observan principalmente en el sector informal del comercio, que subsiste en la ciudad capital.
No así, para el gremio médico nacional, el confinamiento debería ser general y por no menos de 15 días, según lo expresó el presidente de la Federación Médica Ecuatoriana, Santiago Carrasco quien brindó cifras de la alarmante situación sanitaria del país: Ecuador se encuentra en el segundo puesto de mortalidad en Sudamérica, y es el décimo en el mundo; registra más de 56 mil muertes en exceso, todas por Covid 19; la letalidad del virus en el país es del 4.9% acumulado.
“De 545 camas de cuidados intensivos (uci) existentes en el país, todas están ocupadas; de las 2.136 camas de hospitalización y que incluyen cuidados intermedios, todas están ocupadas; las listas de espera para el ingreso a uci, cuidados intermedios y atención hospitalaria, registran no menos de 80 personas en cada caso, incluyendo las personas que están en carpas externas a los centros médicos”, aseguró el galeno, quien hizo un llamado a la ciudadanía para que evite salir de sus casas, cumpla con las medidas de bioseguridad y cuide de las personas vulnerables de su entorno.
Medidas tardías, mientras la indisciplina ciudadana surge como respuesta a la ausencia de autoridad
Marcelo Aguilar, epidemiólogo de la Universidad Central enfatizó que el confinamiento es algo en lo que los médicos han insistido desde inicios de año; por lo que el último Decreto Ejecutivo, que además podría ser observado por la Corte Constitucional, es tardío. Advirtió, además, que desde diciembre del año pasado el Estado perdió la conducción de la emergencia sanitaria, cuando Ejecutivo, Coe Nacional y la Corte Constitucional generaron confusiones en la toma de decisiones, solicitando justificativos que son evidentes.
“La vacunación VIP (…), la pérdida de confianza y credibilidad del ministerio de Salud, ligado a todos los problemas de corrupción hicieron que las personas cuestionen el cumplimiento de disposiciones, mientras las autoridades se roban el dinero y se da una desbandada social que es producto de la falta de conducción del Estado”, señaló Aguilar quien considera que la situación es más preocupante cuando las nuevas cepas del virus, en especial la brasileña, atacan a la población joven, que es la que menos cuidados tiene y la que más podría estar contagiando a su entorno.
Y aunque los sectores económico y médico disientan frente a la necesidad del confinamiento; si concluyen en conjunto que, pese al cansancio ciudadano y hartazgo frente a la desorganización estatal en el manejo de la pandemia, la sociedad ecuatoriana debería arrimar el hombro para disminuir los contagios, generar orden en el desarrollo de las actividades necesarias de la nueva realidad, y propender al cuidado generalizado del entorno familiar y de la comunidad.
